Tribuno de la plebe

Tribuno de la plebe

Autor: Eduardo Luis Duhalde, Luis Hipólito Alén

Rodolfo Ortega Peña reflejó los ideales de una generación que decidió tomar el cielo por asalto, imbuida de un compromiso ético, político y social que llevó a sus miembros a ar-riesgarlo todo detrás del sueño de construir una patria justa, libre y soberana. La pluma de su amigo y socio, Eduardo Luis Duhalde, auxiliada por la de Luis Hipólito Alén (quien culminaría este libro póstumo) nos presenta, en TRIBUNO DE LA PLEBE. Vida y muerte de Rodolfo Orte-ga Peña, todas las aristas de la personalidad del Pelado como genuina expresión de la Mil-itancia Peronista: su lugar como abogado, que lo llevó a defender a los perseguidos políticos a lo largo de la década del 60 y hasta su muerte; su rol como intelectual crítico, que en inter-cambios con figuras de la talla de Hernández Arregui pensó las raíces culturales de nuestra dependencia política, atreviéndose a dialogar intelectualmente con personajes relevantes como Lugones o Sabato, entre otros; y, finalmente, su última labor pública como diputado, proscenio que le sirvió para dejar patente en sus intervenciones la importancia de la lucha sin cuartel contra la oligarquía vendepatria y la represión desalmada vinculada a los intereses de la derecha, a los que se opuso firmemente. En ese combate entregaría su vida.

A Eduardo Luis Duhalde nunca le resultaba fácil hablar de Rodolfo Ortega Peña, porque escribieron sus libros juntos, trabajaron en la revisión de la historia, en las luchas sindicales, en las defensas de presos políticos, y los unió una relación tan simbiótica, que sus biografías, y mucho más los sentimientos y las emociones, carecían de distancia. Solo la insistencia de muchos amigos y compañeros logró convencerlo de que, justamente por todo eso, era quien mejor podía emprender la tarea de rescatar la vida y obra de su entrañable amigo.
El recuerdo de la vida y muerte de Rodolfo Ortega Peña es también la radiografía del comi-enzo del horror que sacudió al país, primero con los crímenes de las bandas fascistas como la Triple A y luego con la dictadura genocida de 1976/1983. Vaya entonces esta obra como una contribución que ayude al reverdecer de los proyectos liberadores, a recuperar la conciencia nacional y a la reivindicación de los pensadores y hacedores que nos dejaron su legado a lo largo de la historia. Como un indispensable homenaje a Rodolfo Ortega Peña y, claro está, a Eduardo Luis Duhalde (de la Advertencia de Luis Hipólito Alén).